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Villafranca de los Barros, Extremadura

lunes, 14 de febrero de 2011

LA REVOLUCION DE GONZALEZ PONS

El señor Gonzalez Pons siente envidia de los egipcios y  pide a los españoles que salgamos a la calle para decir que estamos hartos del paro que sufrimos y de la situación de crisis económica y de valores por la que pasa España.

-¿Habéis visto a Egipto? - dice el revolucionario. -El pueblo cuando quiere, puede, y el pueblo español quiere.

Lo de esta llamada a la revolución hecha por Pons me preocupa un poco, no porque pudiera tener efecto y se llevara a cabo, sino por colocar en la misma balanza a España y a un país como Egipto. Los problemas por los que pasa Egipto (dictadura, corrupción, pobreza, recorte de derechos, falta de acceso a la educación, discriminación sexual,...) no son comparables con los de España la cual, a pesar de lo grave de la  situación, sigue estando entre los países más ricos del mundo muy lejos de Egipto,aunque haya quien quiera hacernos ver lo contrario, entre ellos compañeros de partido de González Pons y otros como los habitantes de "La Caverna".

Aún así, vamos a concederle el deseo al señor Pons y saquemos a la gente a la calle. ¿Dónde se reunirán?, ¿en Plaza Colón pidiendo un adelanto de elecciones para que ellos puedan gobernar ya? Sería una opción,  pero también es posible que no todo el mundo vaya a Madrid y los valencianos, por ejemplo, se queden en su tierra pidiendo a gritos la disolución inmediata de un gobierno corrupto (presuntamente claro) como el del señor Camps o el Sr. Fabra; o podrían reunirse en Boadilla del Monte o Arganda del Rey para exigir responsabilidades a sus alcaldes imputados en la "Gürtel"; o también se pueden reunir en Sevilla (en todas partes cuecen habas) y obligar a Griñán a dimitir porque la Junta se ha visto salpicada por algunos temas un tanto turbios.

¿Cree el Sr. Pons que esta situación podría darse? Como demócrata que es, ¿estaría de acuerdo con estas "mini-revoluciones"?, o por el contrario ¿cree que sobra alguna? A lo peor me he quedado corto y lo que realmente quiere es una revolución igual que las vividas por nuestros vecinos mediterráneos: que el presidente sea expulsado, que el ejército tome las riendas del país, que las Cortes sean disueltas, abolir algunas leyes, disolver parlamentos autonómicos (no todos, por supuesto),...

Señor Pons, permítame recordarle que existen otras alternativas menos "sangrientas" que las revoluciones. Entre estas alternativas se encuentra la moción de censura, un instrumento democrático con el que de forma pacífica unos señores llamados diputados pueden exigir la dimisión de un gobierno siempre y cuando encuentren los suficientes apoyos parlamentarios para ganar en la votación final. Si este país lo necesita, actúen en consecuencia sino, no esperen a que otros se lo pongan en bandeja.


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