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Villafranca de los Barros, Extremadura

jueves, 4 de noviembre de 2010

HACIENDO CAJA


Cuando un empresario comprueba que su empresa empieza a no tener beneficios, tiene que ver qué cosas le son prescindibles y eliminarlas para evitar en la medida de lo posible que estos gastos supérfluos conviertan el saldo final de beneficios en negativo. Pues bien, esta es la historia de Don Mariano un empresario modelo que acaba de hacerse cargo de  una empresa llamada ESPAÑA que últimamente no anda muy fina pero que él está dispuesto a reflotarla no sin antes realizar algunos pequeños ajustes. El primer paso es hacer algo de caja.

Como la empresa ha bajado su producción decide que su filial dedicada al almacenaje y  distribución de sus productos (CORREOS Y TRANSPORTES) ya no le resulta rentable y Don Mariano quiere venderlos para poder obtener algo de efectivo. A sus empleados les promete que hablará con los nuevos dueños para ver si es posible que puedan mantener sus puestos de trabajo. Sin embargo, el acuerdo real consiste en obtener (a cambio de un buen precio en la venta) un trato preferente para seguir distribuyendo sus productos a través de la nueva empresa. Al cabo de un tiempo, los nuevos dueños deciden reconvertir y vender por partes la antigua empresa de Don Mariano. Entre todos se ponen de acuerdo para marcar las nuevas tarifas de distribución de modo que todos salgan beneficiados.

Aún preocupado por los gastos, Don Mariano decide ir a ver a Don Ernesto (el doctor) para decirle que la factura de la clínica (SANIDAD) es excesiva, por lo que ha decidido darse de baja. Don Ernesto, que era perro viejo, le dijo: "Mira Mariano, paga al menos la cobertura mínima  para que no pierdas la asistencia médica básica". El personal que trabajaba en la clínica, preocupado por la decisión de Don Mariano, fue ha hablar con Don Ernesto y éste los tranquilizó diciéndoles que era algo transitorio, pero al cabo del tiempo Don Ernesto tuvo que prescindir de aquellos servicios que ya no le resultaban rentables. Unos meses más tarde, un empleado de Don Mariano no pudo llevar a su hijo al dentista de la clínica de Don Ernesto porque el seguro médico ya no le cubría esta contingencia.

Viendo que la caja aún no estaba lo suficientemente llena Don Mariano decidió eliminar de un plumazo unos fondos especiales con los que la empresa concedía unas becas de estudio (EDUCACION) a sus empleados. "El que valga y tenga interés en estudiar ya encontrará el modo de hacerlo", pensó Don Mariano. El pobre Antonio, al que sólo le quedaban tres asignaturas para terminar Delineación, no podrá acabar de momento sus estudios porque tiene que pagar la visita al dentista del niño.

Con la bolsa llena de dinero Don Mariano no estaba seguro de qué hacer. Con los tiempos que corren es difícil sáber dónde está más seguro el dinero. En ese momento se dió cuenta de un error garrafal que había cometido. Hacía ya algún tiempo que echó de casa al novio de su hijo (le salió maricón) y sin duda alguna era quien mejor le hubiera aconsejado qué hacer con su dinero: era ´broker´ en Wall Street. ¡Ay Mariano, si le hubieras hecho caso a tu mujer!