La Sra. Palin, que anda por Alaska cazando osos, no se cansa de soltar por esa boquita dulzuras del tipo "Obama no tiene cojones", sin tener en cuenta la repercusión que pueden tener sus palabras en la gente. Sin duda hay que agradecer a los norteamericanos que no permitieran a esta mujer de "armas tomar" llegar a la Casa Blanca, ya que el mundo no hubiera sobrevivido a otro gobierno con tintes fascistas en la primera pontencia.
Este mundo, a pesar de las malas experiencias vividas, sigue tropezando en la misma piedra, y siguen surgiendo individuos que cuando aparecen las crisis lanzan mensajes apocalípticos donde los protagonistas son aquellos que consideran los culpables de sus males. Estos mensajes son siempre los mismos y van dirigidos contra inmigrantes, extranjeros y personas con idelogía, religión o tendencia sexual distinta a la nuestra.
En Europa tenemos muy reciente el caso de Yugoslavia, un país llevado por un gobierno autocrático en manos de Tito que, a la muerte de éste y el hundimiento de la URSS, lo lleva a resolver sus problemas a través de una guerra xenófoba alentada por personajes como Radovan Karadzic. Aún así, en Italia, un "presidente" llamado Berlusconi calienta los ánimos del populacho culpabilizando de la inseguridad en Italia a los cientos de gitanos rumanos que acampaban en el país (El asuntó acabó con la quema de varios campamentos en Nápoles). Y ahora en Francia, el Sr. Sarkozy, preocupado por la supuesta pérdida del sentimiento nacional francés, empieza a señalar como culpables a otras culturas que pueden llegar a enterrar este sentimiento (quizás necesiten ganar un mundial para recuperar este espíritu).
Es cierto que la inmigración es un problema difícil de resolver y que nos acucia a todos los paises que nos encontramos en el primer mundo. Pero lo que sin duda es falso y un error es relacionar inmigración con delincuencia e inseguridad. En Arizona por ejemplo, donde un famoso Sheriff hace redadas de inmigrantes, el problema no es el de la gente que cruza la frontera en busca de trabajo y un porvenir para su familia (cosa que se ha hecho durante años), sino el del narcotrafico y la delincuencia organizada. Lo curioso de este caso es que el sheriff es hijo de inmigrantes italianos y sus padres posiblemente fueran mal mirados cuando la mafia cometiera actos delictivos. Hasta es posible que sus progenitores llegaran a ese país sin los pertinentes "papeles".
En España, de momento, no parece haber surgido esta moda de persecución al emigrante, y a pesar de que surgen voces (todas procedentes de sectores de la derecha)de que los emigrantes son un mal que hay que erradicar, este país está demostrando que se pueden vivir en armonía los unos con los otros. Los unos, acogiendo a las personas que vienen en busca de una vida mejor, y los otros, integrándose en nuestra forma de vida.
Saludos, y que todos podamos aprender de lo bueno que los demás puedan enseñarnos.
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