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Villafranca de los Barros, Extremadura

miércoles, 18 de agosto de 2010

NUESTROS ENMIGOS LOS ROJOS. (VILLAFRANCA 1945)


"Tiempos vividos" es un repaso a la historia de Villafranca de los Barros entre los años 1940 y 1983 donde su autor intenta reflejar, en forma de crónica, cómo se vivía en esta localidad durante el período reseñado. No es el libro en sí lo que me mueve a escribir estas líneas (que quizás lo haga más adelante), sino algunos hechos reflejados en él que no son otra cosa que la propia historia.

El General Franco llega a Villafranca de los Barros en Diciembre de 1945 con la intención de visitar el Colegio de San Jose (noble institución en la que yo cursé mis estudios) regentada por los jesuitas. De esta visita se hace eco la prensa regional y también la revista "Collegium" que se edita en este centro educativo. Únicamente haré referencia a un momento concreto de la visita:

-Diario Hoy (19-12-1945):
"A la salida de la capilla, el Jefe del Estado se detuvo frente a la lápida de mármol donde se hallan esculpidos los nombres de todos los antiguos alumnos, padres y hermanos caídos durante la Cruzada de liberación, los más, asesinados por los rojos y otros, muertos gloriosamente en combate.
Debajo de la lápida se hallaban en un grupo, ochenta y dos alumnos hijos de padres asesinados por los rojos, en gran parte mártires verdareros de la Patria y de la Fe. Esta fue la más hermosa ofrenda que el primero y mejor Centro docente de Extremadura ha querido hacer al Caudillo de España"

-Revista Collegium (Invierno 1946):
"Rodeado por el cariño de todos lo colegiales, el Caudillo se detuvo en la galería ante un último e impresionante espéctaculo. Allí estaban, inundadas de luz, entre dos grandes coronas de laurel, las cinco grandes lápidas de mármol en las que están grabados con letras de oro más de doscientos nombres de los Padres y alumnos del Colegio que durante la Cruzada de Franco dieron generosamente su vida por Dios y por España. Muchos de ellos son mártires de la Fe, en el más estricto sentido de la palabra. Y, al pie de aquellas cinco lápidas, en formación exacta, haciendo la guardia, firmes y serenos, pero con los ojos brillantes y clavados en Franco, estaban ochenta colegiales , hijos de aquellos mártires. Y, por tercera vez, la emoción asomó a los ojos del Caudillo. Varios de aquellos colegiales habían perdido en la Cruzada a sus padres y a todos sus hermanos. Allí estaban Balmaseda, Donoso, Mancha. Allí estaba Cabezas, que perdió en la gloriosa empresa a todos los veintidós varones de su familia. El diario ´Hoy´, de Badajoz, ..."

Si nos fijamos en la fecha de las publicaciones, vemos que han pasado seis años desde el final de la guerra, y los que tenían el poder (político y espiritual) aún seguían sembrando el rencor y procuraban que unos pobres chavales, que sufrieron la pérdida de algún ser querido (como muchos) no olvidaran que los culpables de tal atrocidad eran los rojos. No hay más que fijarse que la prensa regional resalta el hecho de que las familias de los estudiantes fueron asesinados por los rojos (lo repite en dos ocasiones) y que son mártires de la cruzada. En la revista del colegio no hablan de asesinatos pero sí hace hincapié en el hecho de que fue una cruzada y en sus páginas hacen referencia al artículo del citado periódico.

Setenta años después hay gente que se hecha las manos a la cabeza cuando se pretende devolver el reconocimiento a los otros chavales que también lo perdieron todo (incluso la dignidad) y no encontraron ni consuelo ni apoyo por parte de las autoridades (civil o eclesiástica) en todos los años que duró la dictadura. Dicen que es mejor no volver a abrir viejas heridas, cuando la verdad es que nunca se permitió cerrarlas. ¿Qué daño puede hacer que le sean reconocidos sus derechos a unos ciudadanos que fueron desposeidos de ellos? Tenemos el lujo hoy de poder juzgar a nuestros gobiernos elegidos democráticamente y nos tiembla el pulso cuando queremos sentar en el banquillo a un gobierno fascista y opresor. ¿Por qué ese temor? Hay que reconocer que Franco y su camarilla hizo un trabajo estupendo poniendo la mordaza a este país. Aún hoy nos cuesta aflojarla.

La única intención que persigo con estas líneas es la de poner sobre la mesa la actitud de un "gobierno" que varios años después de acabado el conflicto armado seguía enarbolando la bandera de la victoria y no mostraba la más mínima intención de tender la mano hacia los del otro bando (que seguían siendo represaliados), y aprovechaba cualquier oportunidad para evitar que nadie lo olvidara.



Nota.- La fotografía representa el momento de la visita de Franco a este centro educativo, tomada del libro El oficio de vivir.


1 comentario:

  1. No te olvides, Felipe, que todo quedó "atado y bien atado". Los hijos de los que formaron aquella oligarquía, son los que hoy nos gobiernan. Es más, han ido creciendo y apoderándose de privilegios que, incluso en la dictadura eran desmesuradas, pero que hoy nos parecen de lo más normal. Los políticos (a dedo) de aquella dictadura no tenían las cesantías tan fantásticas que tienen los (demócratas) de hoy. No olvides que tú trabajarás toda tu vida para una mísera pensión (si te llega) y ellos con sólo cuatro años tendrán la máxima. Se tiran los trastos a la cabeza que si eso lo aprobó el PP o el PSOE, pero lo que es seguro es que NINGUNO de los dos da el primer paso para derogar tantos privilegios. He dicho. Un abrazo.

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