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jueves, 4 de agosto de 2011

¿ANDERS BREIVIK? NO ... NO LO CONOZCO.

En cuanto el nombre de Anders Breivik y su foto saliendo de los juzgados con esa cara de hijoputa satisfecho saltaron a la primera plana de todos los medios de comunicación del mundo, sus amigos no pararon de repetir lo mismo: "Anders Breivik. No ... no lo conozco. Apenas hablaba con nadie".  

Aquellos con los que chateaba y jugaba a ser los salvaguardas de la vieja Europa y defensores de la raza pura -¿no hemos pasado antes por esto?- le han dado la espalda. Quizás tengan razón y apenas le conozcan pues estos individuos no suelen llamar mucho la atención (siempre se les tilda de raros e introvertidos), pero ¿cuántas bravuconadas del noruego no aplaudieron?; ¿acaso las ideas del asesino no eran compartidas por todos? Los del Partido del Progreso Noruego dicen que no comparten las ideas de Breivik y por eso le dan de baja (después de apretar el gatillo claro) y el resto de formaciones de la ultraderecha europea, incluida la española España 2000, dicen que Noruega está demasiado lejos. Me imagino la noche que pasarían los administradores de las webs y foros de estas formaciones borrando cualquier vestigio del noruego dentro de sus páginas en cuanto su nombre saltó a los medios.

Quizás todos ellos se den por satisfechos negando tres veces al mesías y consideren zanjada la cuestión sobre la posible relación entre ellos y el asesino, pero ¿es suficiente? No he oído por parte de ninguna de estas organizaciones de la caridad que condenan y no comparten el ideario de Breivik.  José Luis Roberto, presidente de España 2000, niega que el discurso de la ultraderecha alimente a estos individuos, mientras en el foro de su partido amenazan y descalifican a Anna López, Doctora por la Universidad de Valencia, por afirmar que los partidos de la extrema derecha se alimentan del discurso xenófobo.

¿Y los medios de comunicación enemigos de la verdad?; ¿qué papel han jugado en todo esto?; ¿han condenado el mensaje? Aquí en España la caterva cavernaria no ha parado de hablar del atentado -como cualquier hijo de vecino, por supuesto- pero no sobre las causas que han llevado al asesino a cometer tal barbaridad sino para quitar las etiquetas de ultraderechista y ultracatólico que se le habían colocado Breivik.

A la cabeza de todos estos "Piratas de la Caverna" se encuentra el capitán "Jack Esparza" quien no duda en usar su pluma para limpiar el buen nombre de la ultraderecha o el catolicismo integrista. Hace poco nos deleitó con su defensa a ultranza del General Franco después de las críticas que recibió la Academia de la Historia por rebajar la calificación de "malo malísimo" a "malo descafeinado" del dictador. El pirata Esparza no dudó en respaldar a los académicos redefiniendo lo que fue la dictadura de Franco como un gobierno de transición con un poder que no pasaba más allá de la sierra de Guadarrama. 

Con el tema de los atentados de Oslo, el del parche no ha parado hasta que no ha encontrado la fuente de la que bebió el integrista noruego: la masonería. "¿La ultraderecha porque comparte ideales?, demasiado simple ; ¿ultracatólico?, eso no existe". Desde el primer día, tanto en sus blogs como desde su púlpito de Interbasura no ha quitado ni una coma a las cosas que decía Breivik, tan sólo a criticado a los demás medios por meter en el mismo corral a todos aquellos que defienden las ideas del asesino. El pirata y sus compinches Garcia de la Granja y García Serrano (Agencia García&García) volvieron a sacar a colación los viejos fantasmas del 11-M, y en vez de indagar en las causas de esta barbarie se preguntaban si la oposición noruega estaba actuando bien o por el contrario iba a seguir el camino de los socialistas españoles tras la masacre de los trenes. 

Esparza ha buscado nuevas teorías conspiratorias con las que librar de esta cruz a su ideario de la nueva Europa -al fin y al cabo el gobierno Noruego es rojo, ¿cómo se puede fiar del resultado de su investigación?-. No se conformaba con pensar que este individuo actuase solo y que su mente se contaminara con aquellos ideales que Esparza y gente como él defienden a capa y espada.  La foto de Breivik vistiendo el mandil de la masonería trajo el descanso para el pirata y sus secuaces de la caverna.  

"Es un masón pagano" -dicen todos ellos- "y los socialistas lo quieren ocultar". 

El mensaje sigue siendo el mismo: los socialistas son amigos de los terroristas y la emigración sólo trae delincuencia. Si alguien decide vaciar un cargador sobre decenas de niños alegando que la izquierda es la causa del mal en Europa (el Islam) no será por culpa de ellos o  de su publicidad: Lo importante no es lo votan, sino lo que piensan (http://www.youtube.com/watch?v=PxCDECHDkRk&feature=share)


¿Habrá algún Breivik español? Desgraciadamente hemos tenido muchos: todos aquellos alimentados por el odio y el mensaje demagógico de los ultranacionalistas y que nunca dudaban cuando apretaban un gatillo o colocaban una bomba. ¿Qué diferencia existe entre estos que se reunían en una herriko taberna y los que mandan mensajes apocalípticos a los programas de Intereconomía TV? El tiempo nos lo dirá. Para mí ninguna.




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