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Villafranca de los Barros, Extremadura

jueves, 31 de marzo de 2011

DE VUELTA CON EL TIO PACO

Desde que el pequeñajo de la foto nos dejó han pasado casi tantos años como los que le tocó a este país padecerlo, aguantando sus estúpidas ideas más allá del tiempo que el mundo permitió  que el loco que se encuentra junto a él pudiera alcanzar sus metas. Este visionario logró meter a este país en un agujero del que- tal fue la represión - aún hay gente que tiene dificultades para salir de él, y no me refiero a los que sufrieron por su culpa, sino a aquellos que siguen defendiendo a un tipejo como este y prefieren seguir metidos en ese pozo de la inmundicia poniendo impedimentos a quien intenta sellarlo definitivamente.Más de treinta años después seguimos "negociando" con estos individuos para que cumplan una ley que lo único que persigue es  devolver la dignidad a quienes fueron perseguidos y condenar a aquél que  decidió declarar una guerra a su propio país y emprender una cruzada con la excusa de defender su Fe a base de aniquilar y exterminar a media España.

En la sierra madrileña aún tenemos un monumento -costeado por todos nosotros- donde una secta ultracatólica, con la excusa de la misa dominical, se reúne para rendir tributo a aquél que levantó ese lugar "sagrado" gestionado hábilmente por  unos monjes benedictinos que hacen allí su agosto gracias a una hospedería y una escolanía, lugares donde no creo que vaya nadie que no esté medianamente "emparentado" con el movimiento. Aunque la Iglesia se ha empeñado en maquillar el fin de tal obra no podemos olvidar jamás lo que decía su decreto fundacional:

        "...perpetuar la memoria de los caídos de nuestra gloriosa
               Cruzada..."

Si no me equivoco esa cruzada la promovió el amigo Franco, por   lo tanto no veo cómo este monumento puede sevir de homenaje a aquellos a los que el general persiguió con tanto ahínco incluso varios años después de acabar la guerra (http://nuestros-enemigos-los-rojos.html). Me parece banal y contraria a las creencias de muchos, la excusa de que El Valle es un templo y no un museo. Si esto fuera así sería el primero en promover una recolecta con el fin de construir una abadía nueva y trasladar a todos los monjes con tal de que este monumento se convirtiera en un recuerdo a la barbarie de la guerra fraticida que sufrió este país y en la que todos pudiéramos entrar libremente sin sentir el peso del antiguo régimen. Tampoco iba a ser la primera vez que la Iglesia abandona un monasterio o algún templo por falta de recursos, por muy santo que sea el lugar.

Pero no sólo en la sierra de Madrid sobrevuela el fantasma del generalísimo, también en las dehesas extremeñas se le ha sentido últimamente. Guadiana del Caudillo es una pedanía dependiente del Ayuntamiento de Badajoz, y su alcalde pedáneo ha iniciado una guerra contra la Junta de Extremadura porque ésta (en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica)  no le concede la indepencia si no elimina del Caudillo de su nombre actual. ¿Actúa en defensa de los intereses de sus vecinos?; ¿lo hace porque idolatra a Franco?; ¿o quizás actúa movido por intereses electoralistas empujado por alguien que se declara enemigo de los palomos cojos?(http://el-palomar-de-celdran.html). Debería organizar una excursión a su vecina Gévora (también conocida como del Caudillo) que acaba de conseguir su independencia renunciando a su apellido sin haber organizado ningún alboroto y con la consiguiente satisfacción por parte de sus vecinos de ser dueños de su propio destino.

Algo más al norte, en la tierra natal del golpista, la noticia está en la apertura al público de la residencia veraniega de la familia Franco. El Pazo de Meirás estará abierto al público un día a la semana para que pueda ser visitado por quien quiera. Todo esto por supuesto con la oposición de los herederos de Franco que supongo, consideran esa 2ª residencia como un bien que el abuelo Francisco ganó legalmente en sus años de trabajo como dictador, sin importarles lo que tengan que  decir los herederos de aquellos que cedieron libremente sus tierras y de aquellos que donaron voluntariamente parte de sus nóminas para que tan insigne personaje pudiera tener un lugar de paz y descanso. Este lugar, que debía haber sido devuelto ha sus legítimos propietarios -el pueblo de Sada- sigue en propiedad de esta familia y, para colmo de males, tenemos que costear con nuestro dinero los gastos que suponen la apertura al público del pazo, si es que no hay más que corra a cuenta del erario público.

¿Cuántos años más tenemos que seguir viendo la dictadura franquista como algo normal? En Alemania ni se nombra a Hitler, en Italia ni se acuerdan de Mussolini (ya tienen a Berlusconi) y en paises como Argentina están juzgando a aquellos que se encontraban a salvo gracias a la Ley de Punto Final (nosotros perseguimos a los jueces). Aquí hemos preferido mirar hacia otro lado esperando que la democracia sirviera de bálsamo para curar esas heridas, una democracia atacada  (23-F) precisamente por aquellos que hoy continúan protegiendo los recuerdos de un régimen totalitario. El día que el Partido Popular sea capaz de condenar al gobierno franquista y que algunas televisiones como Intereconomía deje de dar cobertura a quienes lo defienden, ese día podremos mirar de frente a nuestro pasado y superar las viejas heridas


















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